¿Cuál es la diferencia entre dolor y sufrimiento? a veces los utilizamos como sinónimos, pero son cosas diferentes. El dolor es genuino, natural, legitimo y necesario para vivir y seguir aprendiendo y arriesgando cada día un poco. Cuando nos abrimos a la vida, nos puede llegar el dolor en cualquier momento.
Al enamorarse, al tener hijos, al elegir una forma de vivir determinada, al hacer amistades, al perder a alguien, en todas estas ocasiones nos hacemos candidatos al dolor. Por tanto, el dolor está presente en nuestra vida lo queramos o no.
Normalmente el dolor se relaciona con una pérdida, con un duelo. El dolor es proporcional a la pérdida que tuvimos. Puede comprender varias emociones como, por ejemplo, la tristeza o la rabia. El sufrimiento en cambio es una elección. Incluso a veces es una posición de vida. Una manera de mostrarse ante los demás. El sufrimiento puede durar toda la vida, aunque el hecho que lo provocó ya haya pasado. Ante el sufrimiento no solo intervienen emociones, sino que también interviene los pensamientos, que pueden llegar a ser obsesivos. Sufrir es no querer mirar el dolor, querer evitarlo e instalarnos en lo «incómodo» como una forma de vida.
«Sufrir es más fácil que actuar». -Bert Hellinger
Actuar pasa por abrirnos al dolor, aceptarlo, acogerlo y expresarlo para que lo podamos atravesar y pasar a la siguiente emoción. ¿Es el sufrimiento opcional? Si en la medida que podemos ahorrarnos el sufrimiento de más, aceptando nuestro dolor, dándole un espacio y responsabilizándonos de él. Para dejar de sufrir necesitamos aceptar que estamos sufriendo, validar nuestro dolor y ver cuál es la ganancia secundaria que estamos obteniendo con ese sufrimiento.
¿Qué beneficios secundarios obtengo del sufrimiento?
Lo primero que te puede venir a la cabeza es que ninguno, el tema es que detrás de cualquier conducta hay un beneficio secundario. En el caso del sufrimiento, a pesar de que pueda parecer algo involuntario, también hay un beneficio oculto que es conveniente destapar para poder aprender a hacer algo diferente ante el dolor.
Adriana Reyes
Psicóloga